La moissanita, también llamada "polvo de estrellas", lleva el nombre del científico francés Henri Moissan, quien descubrió la piedra en el cráter de un meteorito en 1893. Inicialmente, el Dr. Moissan creía que había descubierto diamantes, debido a la similitud entre las dos piedras en términos de dureza y apariencia. Sin embargo, la composición química de los cristales recién encontrados (Carburo de Silicio, SiC), dejaba claro que se trataba de una piedra diferente con cualidades fascinantes: su mayor dispersión e índice de refracción la convierten en la piedra más brillante de la tierra, con un fuego nunca antes visto. Además, con una clasificación de 9,25 en la escala de Mohs, es la segunda piedra más dura del mundo.

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A fines del siglo pasado, los científicos lograron recrear la moissanita en laboratorios, lo que permitió controlar las condiciones para su cristalización y lograr piedras de excelente color y claridad, capaces de competir con los mejores diamantes naturales del mundo.

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Como piedra creada en laboratorio, la moissanita no conlleva una deuda ambiental y social. La extracción de un quilate de diamantes, en promedio, requiere la eliminación de más de 1.750 toneladas de suelo, lo que provoca una gran erosión del medio ambiente. Por otro lado, los diamantes han sido fuente de conflicto en varios países africanos como Sierra Leona, Liberia y Angola, entre otros.

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PERPETUA solo comercializa moissanitas de la más alta calidad, con niveles de excelencia en cuanto a color, claridad y corte, todo ello certificado en un informe emitido por el Instituto Internacional de Investigaciones Gemológicas.

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En muchos sentidos, la moissanita supera las cualidades del diamante, otorgando a las gemas PERPETUA mayor brillo y dispersión. ¡Mira abajo!

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